En un pueblo ubicado muy lejos de la sierra de Oaxaca, habitaba un hombre que fabricaba muñecas hechas de madera. Para ser precisos su día comenzaba a las 5:00 A.M., calentaba el poco que café que había sobrado de la noche anterior y mientras esperaba iba seleccionando la madera que estuviera lista para comenzar con el proceso. Sus ojos querían cerrase de cansancio pero sabía que tenía que trabajar mucho día a día para poder solventar sus gastos. Todos los días tenía que caminar siempre de pueblo en pueblo para poder vender sus muñecas, así que el proceso de hacerlas tenía que ser en un rango de 4 horas por la mañana y 8 horas por la noche. Alrededor de las 9:00 A.M salía de casa para comenzar con la venta. Cada día tenia fe de que cada persona que preguntara el precio no intentara ''regatearlo'' pues se sentía ofendido ya que se daba cuenta que la gente difícilmente quiere pagar el tiempo y el esfuerzo en un trabajo.
En el camino encontró a una pareja de novios y mientras se aproximaba hacia ellos, dudaba en ofrecer su producto pero confió en que esa pareja iba a poder apreciar su trabajo. Una vez que se acerco a ellos y dijo el precio del producto el chico respondió: ''¿Y es lo menos?'', el señor una vez más se sintió desmotivado y cuando iba a responder la chica interrumpió diciendo:
'' Están preciosas las muñecas, se nota que usted las ha hecho con dedicación, ¿Cuanto tiempo le habrá tomado? ¿Con cuanto amor lo ha logrado?, gracias por ofrecernos su producto, sin embargo, quiero aclararle algo, en mi cartera tengo justo lo que usted pide por una de ellas, pero yo considero que su tiempo, su esfuerzo y su amor valen mucho más, lamento que él haya intentado regatear, sin temor a equivocarme a mi pareja aun le falta valorar cosas. Si usted considera que lo que me pide es lo que vale su trabajo, entonces no hablemos más y dime una''
El señor con lagrimas en los ojos le contesto: ''Gracias por ver en mis muñecas el reflejo de mi, efectivamente, cada día invierto mucho esfuerzo, amor y tiempo, para que ellas se vean mu bonitas y entonces pueda venderlas, duermo 3 horas cada día y no me quejo pues amo realizaras porque es lo que se hacer y me gusta darles un toque de vida siempre, sin embargo, me enoja mucho cuando la gente pide que se las venda a un precio menor, ellos piensan que me pagan solo el precio de la muñeca y no, es mi vida y como tal me encantaría que fuera tomada en cuenta. Gracias por recordarme que más que vender el producto tengo que salir beneficiado para tener más ganas de trabajar cada día''
No dijeron más, ambos sonrieron y antes de que el señor pudiera seguir con su rumbo, el chico muy apenado le dijo: ''disculpe he sido un insensato, debí de haber visto su trabajo, una disculpa y mucho éxito''. El señor sonrió y siguió su camino.
Amigos espero que esta historia les haya dejado algo, yo quiero dar mi opinión al respecto y es la siguiente:
''Aprendamos a ver y valorar más el trabajo que realiza cada persona, si se vende algo y tiene un precio no dudemos de que lo vale, a menos que el resultado demuestre lo contrario.RECORDEMOS QUE SÍ HAY AMOR, TIEMPO Y ESFUERZO ENTONCES EL TRABAJO DEBERÍA DE VALER MÁS, COMO LA VIDA MISMA.''
Me gustaría saber que piensan ustedes, acerca de la historia y del tema, les mando un fuerte abrazo. Gracias por leerme, yo también quiero leerlos.
Deseo que tengan mucho trabajo y amor en su vida.
Atte: Lou Onofre.