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miércoles, 26 de octubre de 2016

Para: Amor


Como ya ustedes saben, yo soy Luis, ésta noche al esperar el camión de regreso a casa me senté en una banca de la parada y me encontré con ésta carta que me pareció muy interesante compartirla, más allá de que fue escrita de una mujer para otra mujer, tiene muchas verdades, porque el amor no radica en reglas, el amor radica en vivirlo y se sufre igual. Aquí les dejo la carta esperando sus comentarios y si así lo sienten, también puedan compartirla con más personas.
Amor:
Es un placer tener por última vez tu atención, espero en tu vida las cosas vayan marchando mucho mejor, que ese trabajo para el que le inviertes tus días te llene de plenitud, que tus amigos (aunque pocos pero sinceros) los estés frecuentando mucho más, dichosos ellos que tienen manera de poder verte de vez en cuando y que tienen a alguien que los escucha, sobre todo pensando en que eres tú, ya que sé lo especial que puedes llegar a ser, una mujer que escucha, que sabe dar sonrisas y momentos especiales, esa eres tú, aunque intentes mostrar una frialdad que va con tu ritmo de vida, pero yo sé que eres todo lo contrario, lo sé, yo lo sentí y lo viví contigo.
Hace tiempo que en realidad no sabemos nada una de la otra, pero llevo pensando en ti desde la última vez que todo marchaba bien, recuerdo a la perfección tu cuerpo junto al mío, los besos que nos dimos y en el que de verdad desaparecía el mundo entero, recuerdo esa última vez que tomé tu mano, la presioné un poco, me miraste y sonreíste, recuerdo tus manos en mi cintura, esa manera tan tuya de acariciarla, te recuerdo y nos recuerdo  perfectamente.
Es verdad que me demoré en escribirte ésta carta pero por varios días y varias noches tuve la computadora frente a mí y no sabía cómo empezar y no sabía muy bien que sería importante mencionar, decidí colocar la palabra AMOR en lugar de tu nombre, esperando que quede en tu memoria que fuiste mi amor, un amor bonito cuando no había miedos y un amor que disfruté por poco tiempo.
Bien, después de ésta introducción intentaré ir directo y sin rodeos. Debo agradecerte por los momentos tan hermosos que viví contigo, me descubrí enamorada y haciendo cosas ridículas por amor y con amor, no sé si estaba destinado a que esto durará tan poco y costara tanto, solo sé que ahora debo irme, sin rencor, sin reclamos ni nada, porque lo que yo te di, fue sin esperar recibir algo a cambio, simplemente era expresarte todo lo que tú me hacías sentir, pero en las últimas semanas solo sentía dolor e incertidumbre porque no sabía con exactitud que ocurría contigo, así que por más que intenté demostrarte que el amor podía romper barreras nada funcionó, pude intentarlo más tiempo pero se me han ido las fuerzas eso pasa cuando luchas sola, disculpa que no pueda ser tu amiga, pero no puedo, simplemente porque no puedo olvidar todas nuestras caricias, nuestros besos, nuestros momentos juntas, aquellas mañanas en que hicimos el amor, nada de eso se puede borrar de mi mente y de mi corazón. Lo siento amor, pero jamás podré entablar una amistad contigo, con todos esos momentos que marcaron mi vida.
Es importante que sepas que esperé por mucho tiempo que regresarás, me despedí infinidad de veces y tú nunca dijiste nada, no es reclamo, es solo desilusión, pero tranquila que no fue culpa tuya, fue la mía por estar esperando algo que de entrada ya me habías dicho que no sucedería. Quiero que sepas que me voy, no porque yo quiera sino porque me veo obligada a hacerlo, e intentaré vivir como se debe, besando, acariciando, intentando querer a quien me pida una oportunidad, y sé que tu harás lo mismo, eres hermosa amor así que no dudo que en este tiempo ya alguien más esté intentando entrar en tu corazón y peor aún, sé que te estás dejando querer, lo sé y eso duele, yo, soy solo un momento para ti y tu para mi eras el complemento de mis días, te quiero amor y jamás lo dejaré de hacer.
Tenía tanto miedo de enviarte ésta carta porque eso significaría soltarte para siempre, ojalá en un futuro si tú me extrañas, si me quieres querer, si deseas vivir un amor conmigo, no dudes en buscarme, y si yo aún siento algo por ti, viviremos nuestro amor, te lo prometo, sabes que yo no hago promesas al aire, así que conserva ésta carta y aún en tus días difíciles, en los que lloras sin que nadie te vea, en los que buscas un abrazo, leas está carta y pienses en mí, que en algún lugar del mundo está ésta loca que vibra por ti y sentirás que te abrazo con todo mi corazón, que te lleno de besos, como tanto me gustaba hacerlo, es un hecho que cada mañana te envío luz y fuerza para ti, así que espero que el universo éste cumpliendo con enviarte dicha vibra.
Es momento de terminar está carta y así como me costó trabajo empezar, ahora me cuesta trabajo terminar pero no lo quiero hacer sin antes felicitarte por tus logros obtenidos en este tiempo, los mereces, disfrútalos mucho y vive de la mejor manera posible, se FELIZ.
Me despido amor, que estés muy bien.
Te quiero.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

La señora del periódico


Hace ya varios días que la distancia entre mi corazón y el aire frío de un amanecer en invierno no se nota....
Algo diferente sucede cada mañana, cuando tomo las llaves de la casa, las encierro en un puño y mientras las guardo, la calle me roba un suspiro al iniciar mi caminar...

La única mirada cálida es la de aquella anciana que día a día, sin que al parecer le pida permiso a su cansado cuerpo, le da vida a ese puesto de periódicos (el cual es ya más bien una parte de folclore de la colonia que un buen negocio) con todo acomodado cuando paso...

Cuando paso parece que nuestras miradas tienen ya una cita... Antes de estos días, siempre nacía en mi una gran sonrisa mientras que la de ella era ligera pero muy sincera...

Ahora su mirada sigue igual pero su sonrisa es más grande... Como si se hubiera robado la mía....

Claro que ella no fue la ladrona...

Tomo un té de mi camino al trabajo, ese vaporcito que le sale es un encuentro con aquel recuerdo de mi madre: ella se deleitaba con café por las mañanas mientras a mí me deleitaba su manera de hablar tanto y tanto en un lapso tan corto que teníamos para el desayuno... Porque solo eso tenía de ella en el día... En mis días de secundaria...

Aún extraño tanto de eso, porque mucho de lo que en aquel tiempo sólo se me hacían palabrerías de una mujer de treinta y tantos, ahora parecen ser un horóscopo personal y atinado....

¡¡Claro que no leo los horóscopos!! Lo que hice fue una comparación para ser más condescendiente y no parecer pesada...

Porque si algo tenía yo antes de estos días era una ligereza vital... Lo único pesado para mí era el momento, día con día, en que feliz me tomabas de la mano para salir a pasear y platicar; tus manos no eran tan grandes, pero tu manera de entenderme sí que lo fue...

Para mi madre tener alguien a lado se hacía necesario, por eso se pasó la vida de novio en novio, siempre como buscando al que se encargara de su vida, para no ser ella quien se aventara tan fuerte responsabilidad... Lo expreso sin abusar del tono de burla sarcástica, claro.

No digo que era mala, más bien, no fue buena con ella misma... En ese río de vida se llevó cual hojas secas a uno que otro cristiano de corbata y una de ellas fui yo...

¡Qué ironía! Justo en aquel día en el que te fuiste estaba a punto de demostrarte que no eras tú quien debía aguantar tanta ligereza de mi parte... Tanta falta de compromiso...

Te amo y ahora sé que estaba huyendo de una vida ajena... Yo no quería terminar como mi madre... Nunca quise depender de nadie... Porque vi tantas lágrimas a causa de eso...

Sin despedir te marchaste y yo quería tenerte de frente y tomarte en mis brazos mientras te daba las gracias por todas las tardes de pláticas caminando, que en su momento me parecieron demasiadas...

Porque tú hablabas y aunque tuve la oportunidad de igual hacerlo... Sólo dejaba pasar el tiempo para que no conocieras mucho más de mí... de ese vacío que nunca quise enfrentar.

En las calles veo tantas caras conocidas   -no por ser muy amiguera, trato con mucha gente que no es lo mismo- porque reconozco en cada grande sonrisa, en cada mirada sin brillo, en cada carcajada, en un gesto fingido, en cada beso sin amor... Seres como yo, que viven confundiendo la libertad con dar rienda suelta al egocentrismo...

Hace unos días pensé que seguía siendo la misma, pero es que por fin siento la verdadera ligereza de mi vida al soltar tanto guardado....

Y también el humor sarcástico del tiempo me dejó ver que mientras me sentía un ave de plumajes únicos, yo sólo era la más común de las personas, que lo que nunca debí soltar por sentirme prisionera sin estarlo... era tu vida a mi lado...

Hace ya varios días que no sé de ti nada... Pero sí de mí mucho....

Hace ya varios días que tú sonrisa pura, es la sonrisa de mi corazón... Tengo los dos juegos de llaves y nadie está junto a mí murmurando armonía...

Lo único que me sigue acompañando cada mañana, es aquella mirada buena de la señora de los periódicos... Entiendo que esa gran sonrisa no es más que una invitación para hacer de un rostro lúgubre algo más  iluminado...

Ya tengo un plan. Comenzaré a discreción una  batalla de sonrisas y de miradas cálidas con ella, así disfrutaré de compartir como siempre debí hacerlo contigo, mientras mi contrincante pueda y quiera hacer momentos con una ex miedosa como yo...

Con un té, una señora de los periódicos y un recuerdo tuyo... Procuro hacer las paces con tu ausencia...

Espero, porque lo mereces bien, tengas muchas señoras del periódico y más hermosas ironías en tu vida... Seres como tú hacen que personas como yo escupamos el agua antes que nos ahogue el alma... Aunque no siempre se queden para disfrutarlo... Te debo eso... Algún día podré recompensarlo? 


Por Magdalena Alanis F.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Lore y Cris



Lorena y Cris tenían tiempo sin verse,  ellas son amigas desde la secundaria y desde entonces a pesar de que sus vidas han tomado rumbos diferentes no se han separado jamás, se cuentan lo inconfesable, se regañan, se aconsejan y ríen sin parar durante horas, incluso suelen dejarse de hablar durante semanas y al volver a saber una de la otra se ponen al corriente tan deprisa que el tiempo sin charlar parece no haber existido.
Una noche del mes de Abril, Lorena toma su teléfono, apenas pudiendo marcarle a Cris pues  las manos le temblaban y las piernas parecían no responder, mientras escuchaba el tono de llamada entrante Lorena miraba al cielo y emitía un - contesta por favor, contesta- cuando al fin Cris toma la llamada, Lorena interrumpe su saludo con una noticia terrible - Mamá murió- Cris se sumerge en un silencio escalofriante, no puede creer la noticia que le acaba de dar su amiga Lorena -no es posible- dice Cris - ¿Dónde estás? Voy para allá.
Lorena le dio los datos a Cris, fue la llamada más corta que en sus años de amistad habían tenido. Mientras Cris iba rumbo al hospital enviaba mensajes a Lorena -"Amiga, todo va a estar bien" "Estoy contigo" "Ya voy para allá, tranquila"- Lorena recibía los mensajes sentada en el pavimento fuera de urgencias, tenía en sus manos el celular, abrazaba sus rodillas, rompía en llanto, miraba el cielo y decía- No es verdad, ¿por qué? No te vayas, no me dejes. Mi vida de verdad no es nada sin ti- Cris aún no llegaba, el tiempo parecía correr demasiado lento para ambas, Lorena sentía como pasaban a un lado de ella los doctores, enfermeras y familiares, su mundo se había derrumbado, y Cris encerrada en el trafico escuchaba el claxon de los otros automovilistas desesperados por avanzar y en su mente estaba la imagen de su amiga que conocía desde años y anhelaba llegar y abrazarla fuertemente, Cris estaba triste también, ella conocía perfectamente a la madre de su amiga, platicaban en repetidas ocasiones y se llevaban muy bien.
Pasaron 2 horas exactamente para que al fin Cris llegará a urgencias, pago rápidamente al taxista, corrió para buscar a Lorena y la vio a lo lejos, corrió hacia ella, la levantó del piso y la abrazo fuertemente - aquí estoy- Lorena no hablaba, simplemente no podía dejar de llorar.
Así pasaron los días y Cris acompañó a Lorena cada día, sin dormir, cumpliendo con sus actividades laborales y al mismo tiempo estando en este momento tan difícil para su mejor amiga, Cris no lloro, pero estuvo ahí, secando  las lagrimas de Lorena, ofreciendo su hombro para llorar o incluso para que se durmiera. Cris ha dado el mejor ejemplo de amistad.
Han pasado algunos meses y Lorena va poco a poco con la recuperación, Cris le escribe diario, sabe lo importante que es tener a alguien a tu lado en esos momentos y aunque Lorena, en ocasiones, no contesta, Cris sigue escribiendo, sabe que Lorena siente aún morir cada día y Cris no lo va a permitir.
Una madrugada del mes de Agosto Cris recibe una llamada de Lorena, eran las 2 de la mañana, así que Cris contestó angustiada- Amiga ¿estás bien?- hubo un pequeño silencio después de esa pregunta y luego Lorena continúo - Estoy bien amiga, tan solo pensé que no sería bueno esperar más para decirte lo importante que eres para mí, lo ocurrido con mi mamá de verdad, ha sido una sacudida en mi vida y ahora sé el verdadero significado de valorar y decir lo que sientes cuando la persona aún vive. Cris, has sido un gran apoyo en mi vida, gracias por tu presencia tan hermosa en mi vida, por tus abrazos que me ayudaron a fortalecerme, por secar mis lagrimas y velar mis pequeños sueños, eres esa amiga que siempre quise tener, ya no pido nada más en la amistad, gracias por enseñarme con hechos lo que realmente es querer, gracias Cris, te quiero amiga- Cris del otro lado de la línea, sonreía y brotaban lagrimas de sus ojos, su corazón latía alegremente y después de respirar profundamente contestó - Está madrugada ha sido especial amiga, estás viva y me has hecho sentir especial, gracias a ti por permitirme a mí ser parte de tu vida. Gracias.- Ambas lloraron, pero ésta vez no fue de tristeza, se dieron cuenta que ese llanto era parte de una felicidad que sentían las dos por tenerse, por coincidir en éste mundo en el que poco a poco se pierde la lealtad. Lorena y Cris se han vuelto a reunir el día de hoy en un café de la condesa, son tan diferentes físicamente pero hay una vibra que desprenden las dos, que parecen familia, ambas han reído por horas, y yo, fui afortunado de conocer ésta historia de amistad por su propia boca.

miércoles, 24 de agosto de 2016

"Gotas de recuerdos"



"Esta tarde de lluvia me descubro un poco frágil... Mientras oigo el caer el agua.. Van cayendo las hojas que ocultaban los recuerdos y se va descubriendo tu sonrisa.... Tu mirada... Esos días de camino tomada de tu mano para sentirme segura... Cuando me explicabas lo bueno de cada cosa... O cómo reparar un algo que necesitaba tornillos (y en ese entonces no era mi cabeza)... Recuerdo esas tardes en que de la mano de mi madre se perdían en la perspectiva del camino mientras platicaban sus cosas y regalándose de repente un beso... Y no puedo negar que tenías un carácter fuerte... Ah, tu cara de desesperación con tal de no soltar ese enojo por alguna travesura o algo que no debía haber hecho... Para respirar y entonces preguntarme el porque de mi acción... Tus partidos de béisbol a los que te acompañábamos... Tan entregado a tu pasión deportiva... Pero creo que tu verdadera pasión fue amar a los tuyos empezando por aquello que te puso muchas dificultades de pequeño... La misma vida, a la cual dabas la cara con la frente siempre en alto.. A veces, ahora lo descubro, con el miedo de lo que viniera, como todo ser humano, pero nunca diste un paso atrás. El amor hacia nosotros tus hijos, hacia el mismo amor de tu vida, mi mamá, a tus nietos, tus padres y familia, a la gente que te rodeaba, dándonos momentos de todos los colores que acumulados construyeron felicidad! Eso: Felicidad, ese brillo en tu mirada y esa chispa y alegría -una de tus frases- que te caracterizaba... Y está bien, para que lo niego, en esta tarde de lluvia, a un día de que partiste... Tengo presente que tu punto de fuga siempre fue el beisbol y cada que veo un partido, aunque no le vaya a un equipo en especial... Lo disfruto con esa entrega que emanabas cuando jugabas o cuando me sentaba a verlo con tal de pasar un rato a tu lado con lo que te apasionó siempre. Con todo mi amor, escribo sentada en el sofá de mi casa, lo que mi corazón y mi mente quisieron, mientras veo cómo la lluvia se ha calmado un poco. Voy por un vaso de agua. Sigue pasándola bien con tu novia eterna papá. 


Magdalena Alanis Fonseca.

jueves, 28 de julio de 2016

Crónica de un fan



Mi nombre es Luis y me declaro un fan enamorado, no solo de ella, sino de su música y de lo que me hace sentir, probablemente no sea el único lunático que se atreve a decirlo, pero es solo eso, algo que se dice y que sabes que no va a ir más allá, no seré el fan que da miedo, que acosa y envía mensajes privados por facebook, solo seré el fan que dice que - Marissa Mur es la artista que me gusta y punto.

Me atrevo a compartir con ustedes que hace poco  tuve la mayor  pérdida  que hasta ahora en mi vida había tenido  y por lo mismo no me había  animado asistir a un evento solo, sin embargo, una tarde navegando por los bajos y ociosos mundos del facebook me enteré que mi artista favorito iba a tener un concierto en un bar que está muy cerca de casa así que aunque dudé  entre asistir o no, unos días antes decidí que si iría y que no podría perderme la oportunidad de verla y escucharla por segunda ocasión en vivo. Así que  la noche del 29 de Junio a las 8:00 p.m, estaba terminando de arreglarme- ¿qué debo ponerme?- me preguntaba, pues debía verme bien para esa gran noche, mientras me arreglaba me mi miraba en el espejo tan entusiasmado y me dio gusto verme de nuevo con buena actitud, terminé de afinar mi peinado alocado, me puse un poco de perfume, tomé mi billetera, mis llaves, mi sonrisa y salí de casa dispuesto a pasar una velada sensacional.

Aproximadamente a las 9:15 me encontraba llegando al dichoso bar llamado "Maison Artemisia", entré sobre un pasillo semi oscuro y subí las escaleras que me conducían a la zona del bar, cuando terminé de subir las escaleras, mi corazón latía fuerte, me sentía nervioso y no sabía muy bien porque, debo admitir que al llegar ahí sólo me hizo sentir un poco patético e  incluso  estuve a punto de salir corriendo y volver a casa para encerrarme nuevamente, pero al voltear mi cabeza a mi lado izquierdo, miré aquel mundo en donde en  un rato más ocurriría magia y yo sería testigo de eso, así que sin dudarlo más caminé con una gran sonrisa hacia la barra del bar.

Cuando el barman me pasó la carta de cockteles, me sentía indeciso, había tantos y yo con ganas de probarlos todos, pero había que decirme por uno primero, así que leí unas 3 veces la carta y hubo uno en especial que llamó mi atención "Manhattan Cocktail", antes de pedirlo le pregunte al mesero si pedirlo sería buena idea, quería una opinión de un experto y que mejor que la opinión del barman, a lo que él me contesto - Es una noche fría, estás a punto de presenciar un concierto con grandes canciones y si tu corazón está roto, claro que es buena idea-, al escuchar eso último solo dije - no se hable más, dame uno-, el barman como todo chico alivianado, me estrecho la mano y me dijo -excelente amigo, en un momento te lo sirvo - y así fue, a los 5 minutos ya tenía la bebida frente a mí, hice un pequeño brindis al aire y bebí un poco. Mientras el trago pasaba por mi garganta mire a mi alrededor, mis ojos brillaron cuando la miré a ella, ahí estaba, no era un sueño, era mi artista, la que me había hecho volar con sus canciones, ahí estaba, con su gran estilo que la caracteriza, vestía una chaqueta negra, blusa blanca, pantalones negros, un sombrero  y unas botas espectaculares, ella platicaba con gente a su alrededor y no se percibía nerviosa, al contrario, muy relajada conversaba, bebía agua y observaba el lugar.

Miré el reloj y eran las 9:55 p.m., yo estaba sentado justo enfrente de donde se daría el concierto, cabe mencionar  que tuve suerte de encontrar ese lugar desocupado, para cuando yo me pude sentar ya iba por mi segundo cocktel de la noche que era una bebida inventada por el barman esa misma noche, que le puso por nombre "Lisa Cocktel", no entraré ahora en detalles con relación al origen de dicha bebida, el punto es que cuando estaba bebiéndolo, llegaron unas personas que hicieron que a Marissa Mur le brillaran sus ojos y su sonrisa, los abrazó, les dio la bienvenida y entonces... me enteré que eran sus padres, que hacía tiempo que no presenciaban un concierto de su hija, debo admitir que me entró un poco la nostalgia por aquel encuentro del que fui testigo, pues me hizo recordar a esa persona que ahora no está conmigo físicamente y quien también me miraba de la misma manera en que lo hacían sus padres a Marissa, cuando tenía alguna presentación de teatro.

A las 10 pm dio inicio el concierto y Marissa Mur junto con su gran equipo de músicos comenzaron a proyectar su gran pasión por la música. Yo cantaba y disfrutaba de cada canción, cuando la veía pensaba- ¿qué habrá sentido al terminar de escribir esta canción y cantarla por primera vez?- eso mismo me preguntaba cada que terminaba de deleitarnos con alguna canción. El tiempo transcurrió deprisa, así como regularmente es cuando la estás pasando muy bien y de verdad me sentía bien, me sentía especial por ser parte de ese momento en el que Marissa me arrebató sonrisas llena de recuerdos y no me sentía solo, me sentía completamente acompañado, casi al finalizar el concierto cerró con broche de oro con la canción que no había parado de cantar durante las 2 últimas semanas antes de ese día, "un desliz" se llama esa rola, que digo rola, es un rolon señoras y señores, así que en cuanto comenzó la canté cerrando los ojos pero con los sentimientos abiertos al 100%.

Cuando acabó el concierto, le di el último sorbo a mi bebida, miré por última vez ese lugar y a las personas, era mi manera de despedirme de todos y de agradecerles por su compañía, probablemente suene ridículo pero fue así, en cuanto termine de hacerlo, me levante de mi lugar y caminé hacía Marissa Mur, sentí esos nervios que te dan al conocer a alguien que admiras por lo que hace y por  su belleza.

¿Qué les digo? el saludarla y hacerle saber que me gusta lo que hace me hizo sentir bien, pocas veces se le dice a las personas lo que uno quiere y yo tuve la oportunidad, un abrazo al inicio y uno al final, me permitieron expresarle mi agradecimiento por ayudarme a vivir de nuevo en una noche en la que probablemente sino hubiera sido por ese grandioso evento, hubiera sido como cualquier otro. Aquella noche regresé a casa, contento (no por los cockteles que bebí) sino porque me sentí vivo de nuevo.