Lorena y Cris tenían tiempo sin
verse, ellas son amigas desde la
secundaria y desde entonces a pesar de que sus vidas han tomado rumbos
diferentes no se han separado jamás, se cuentan lo inconfesable, se regañan, se
aconsejan y ríen sin parar durante horas, incluso suelen dejarse de hablar
durante semanas y al volver a saber una de la otra se ponen al corriente tan
deprisa que el tiempo sin charlar parece no haber existido.
Una noche del mes de Abril,
Lorena toma su teléfono, apenas pudiendo marcarle a Cris pues las manos le temblaban y las piernas parecían
no responder, mientras escuchaba el tono de llamada entrante Lorena miraba al
cielo y emitía un - contesta por favor, contesta- cuando al fin Cris toma la
llamada, Lorena interrumpe su saludo con una noticia terrible - Mamá murió-
Cris se sumerge en un silencio escalofriante, no puede creer la noticia que le
acaba de dar su amiga Lorena -no es posible- dice Cris - ¿Dónde estás? Voy para
allá.
Lorena le dio los datos a Cris,
fue la llamada más corta que en sus años de amistad habían tenido. Mientras
Cris iba rumbo al hospital enviaba mensajes a Lorena -"Amiga, todo va a
estar bien" "Estoy contigo" "Ya voy para allá,
tranquila"- Lorena recibía los mensajes sentada en el pavimento fuera de
urgencias, tenía en sus manos el celular, abrazaba sus rodillas, rompía en
llanto, miraba el cielo y decía- No es verdad, ¿por qué? No te vayas, no me
dejes. Mi vida de verdad no es nada sin ti- Cris aún no llegaba, el tiempo
parecía correr demasiado lento para ambas, Lorena sentía como pasaban a un lado
de ella los doctores, enfermeras y familiares, su mundo se había derrumbado, y
Cris encerrada en el trafico escuchaba el claxon de los otros automovilistas
desesperados por avanzar y en su mente estaba la imagen de su amiga que conocía
desde años y anhelaba llegar y abrazarla fuertemente, Cris estaba triste
también, ella conocía perfectamente a la madre de su amiga, platicaban en
repetidas ocasiones y se llevaban muy bien.
Pasaron 2 horas exactamente para
que al fin Cris llegará a urgencias, pago rápidamente al taxista, corrió para
buscar a Lorena y la vio a lo lejos, corrió hacia ella, la levantó del piso y
la abrazo fuertemente - aquí estoy- Lorena no hablaba, simplemente no podía
dejar de llorar.
Así pasaron los días y Cris
acompañó a Lorena cada día, sin dormir, cumpliendo con sus actividades
laborales y al mismo tiempo estando en este momento tan difícil para su mejor
amiga, Cris no lloro, pero estuvo ahí, secando
las lagrimas de Lorena, ofreciendo su hombro para llorar o incluso para
que se durmiera. Cris ha dado el mejor ejemplo de amistad.
Han pasado algunos meses y Lorena
va poco a poco con la recuperación, Cris le escribe diario, sabe lo importante
que es tener a alguien a tu lado en esos momentos y aunque Lorena, en
ocasiones, no contesta, Cris sigue escribiendo, sabe que Lorena siente aún
morir cada día y Cris no lo va a permitir.
Una madrugada del mes de Agosto
Cris recibe una llamada de Lorena, eran las 2 de la mañana, así que Cris
contestó angustiada- Amiga ¿estás bien?- hubo un pequeño silencio después de
esa pregunta y luego Lorena continúo - Estoy bien amiga, tan solo pensé que no
sería bueno esperar más para decirte lo importante que eres para mí, lo
ocurrido con mi mamá de verdad, ha sido una sacudida en mi vida y ahora sé el
verdadero significado de valorar y decir lo que sientes cuando la persona aún
vive. Cris, has sido un gran apoyo en mi vida, gracias por tu presencia tan
hermosa en mi vida, por tus abrazos que me ayudaron a fortalecerme, por secar
mis lagrimas y velar mis pequeños sueños, eres esa amiga que siempre quise
tener, ya no pido nada más en la amistad, gracias por enseñarme con hechos lo
que realmente es querer, gracias Cris, te quiero amiga- Cris del otro lado de
la línea, sonreía y brotaban lagrimas de sus ojos, su corazón latía alegremente
y después de respirar profundamente contestó - Está madrugada ha sido especial
amiga, estás viva y me has hecho sentir especial, gracias a ti por permitirme a
mí ser parte de tu vida. Gracias.- Ambas lloraron, pero ésta vez no fue de
tristeza, se dieron cuenta que ese llanto era parte de una felicidad que
sentían las dos por tenerse, por coincidir en éste mundo en el que poco a poco
se pierde la lealtad. Lorena y Cris se han vuelto a reunir el día de hoy en un
café de la condesa, son tan diferentes físicamente pero hay una vibra que
desprenden las dos, que parecen familia, ambas han reído por horas, y yo, fui
afortunado de conocer ésta historia de amistad por su propia boca.