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martes, 11 de marzo de 2014

Y bien... ¿Qué se te ocurre dibujar?


Éste es mi mundo cuando me recuesto sobre mi cama, justo después de que apago el ordenador donde hoy escribí. Hoy que no tenía nada que hacer me puse a crear un mundo, donde los colores del suelo, del cielo y el sabor de las notas-lluvia, los elegí yo, y solo así me relajé:
Imaginé un lugar grande, tan grande que llegué a pensar que me llevaría bastante tiempo recorrerlo, una vez que me planté ahí en medio de la nada decidí poner  manos a la obra y entonces comencé a pintar el suelo, ¿de que color será bueno?- me pregunté yo- no quise pensarlo mucho así que me dejé llevar, y opte por pintarlo de color verde, ese color que me inspira vida, que lo veo y me dan ganas de ser libre, de ser yo mismo, de reír y de sentir el frenesí de la vida misma. Una vez  terminado de pintar  el suelo, comencé a colorear el cielo, ¿de que color sería tu cielo?- me volví a preguntar- sonreí y no dude en contestarme- , ¡color morado!, ese color que me inspira a crear historias llenas de emociones y donde los pequeños detalles son los más importantes, lo pintaré de morado porque quiero mirar al cielo y que me de paz, sensibilidad, quiero que cuando llueva sean notas musicales las que se desprendan de ese maravillo cielo, que cada nota tengan un sabor distinto, que sea una lluvia que no me haga huir, al contrario que me mantenga ahí y que me revitalice, que me encuentre cada vez con más ánimos a mi espíritu, que sea tal la recarga de batería que entonces me den ganas de hacer aquello que no haría en el mundo "real", ¿qué tal bailar en medio de la lluvia? , que emoción, las notas que me tocan  son de mi canción favorita: "Dog days and over", esa, ahora me  imagino bailando, corriendo, brincando, cantando, disfrutando, sonriendo. Ya que he terminado de pintar mi cielo, me detengo  en un punto de ese espacio, que es mío, que nadie puede cambiar ni quitarme y entonces quedo en ese punto, con mucha serenidad, siento como el viento sopla suave, tan suave, que parece que me hace una caricia diferente cada que toca mi cuerpo, mi rostro, mis manos, todo está bien en mi ahora. Todas esas presiones con las que llegué cuando este lugar estaba en blanco han desaparecido, esas aquí no me sirven, aquí no valen nada.

Y antes de abrir los ojos digo en voz baja, muy baja, casi como un susurro: es mi mundo, deseo que todo aquel que ha tocado mi vida con grandes historias estén aquí y entonces aquí estas, tú que lees esto, tú que me inspiras a escribir una historia más, estas aquí. Así que cuando termines de hacer lo que tengas que hacer, vayas a la cama y cierres los ojos, recuerda que el mundo que verás estará lleno de verde, un cielo morado y dentro de poco lloverá, no hay nada más, solo hay mucho espacio para que me ayudes a llenarlo de aquello que te gustaría compartir conmigo, ayúdame a seguir dibujando este mundo, que nunca se termine de crear. Y bien ya que estas aquí ¿Qué se te ocurre dibujar?...